Diario El Mundo, edición de Castilla y León. 23 de julio de 2019.
Esta semana me encuentro en Nueva York en un viaje de prospección comercial organizado por las cámaras de Valladolid y la de España en EEUU. De forma consistente, en cada una de las numerosas visitas, ponencias, reuniones y conversaciones con empresas, científicos y universidades percibo un denominador común: una rotunda determinación. Determinación para explorar nuevas formas de hacer las cosas de siempre, abordar nuevos desafíos, para invertir y para aceptar los errores en el camino hacia el “éxito”. Un éxito que abarca los planos económico personal, social y empresarial. Todo lo anterior en un entorno en el que reina la filosofía compartida de que todo es posible con el esfuerzo necesario.
Acumulación de empresas tecnológicas
Analizando la estructura de las principales acciones publicas y privadas en el ámbito tecnológico que se publicitan y se llevan a cabo en este entorno se vislumbra una clara estrategia a medio y largo plazo: la acumulación de empresas tecnológicas radicadas aquí cuyos productos y servicios sean, y vayan a ser, de uso habitual a lo largo y ancho del mundo. En el proceso acaban convirtiéndose en estándares “de facto” y – por ende – acumulando una enorme base de clientes, beneficios, datos y poder. Los datos son atesorados como el nuevo oro: generan nuevos productos y servicios, clientes, beneficios y más datos. Y así sucesivamente hasta que un evento, que prefiero no imaginar, sacuda este ciclo.
En España hacemos dejación en cuanto a I+D y preferimos ser usuarios
Lo anterior puede parecer una avariciosa estrategia de acumulación en la que nosotros somos fieles clientes y usuarios de esos productos tecnológicos que tanto nos ayudan de forma directa o indirecta. Pero no nos debe de extrañar: otras economías están volcadas en el I+D de las tecnologías del futuro y en atraer investigadores y empresas de otros países y el esfuerzo les está dando resultado. En España, al contrario, hacemos dejación en cuanto a I+D y preferimos ser usuarios de FaceBook, Google y WhatsApp “que son gratis”. De las quince mayores empresas tecnológicas mundiales una es alemana (SAP), cinco son asiáticas y nueve norteamericanas.
Los países tecnológicamente fuertes van a acumular mucho poder
Teniendo en cuenta que la economía global está progresivamente más basada en tecnología y datos, y menos en mano de obra, el futuro es claro: los países tecnológicamente fuertes van a acumular mucho poder económico y control sobre los datos del resto de economías. La riqueza está fluyendo hacia las zonas tecnológicamente más desarrolladas en detrimento del resto. ¿Qué hace falta para equilibrar la situación? No me canso de repetirlo: ciudadanos y administraciones esforzándose en el desarrollo tecnológico e investigación y copiando las mismas estrategias que les están funcionando en E.E.U.U. para atraer talento, empresas y riqueza. Determinación para evitar tener que lamentarnos a medio plazo. Lo estamos viendo venir y escondemos la cabeza bajo el ala.
Deja una respuesta