Hoy, con el objetivo de destacar por original, no quería escribir sobre inteligencia artificial; pero no lo he logrado. De hecho me he metido en ello hasta las trancas. En el momento de enfrentarme a la página en blanco para escribir el artículo de este mes le he pedido a ChatGPT lo siguiente: “Escribe un articulo de 2500 caracteres explicando por qué en el futuro las personas serán más importantes que la inteligencia artificial”. Así de sencillo.
En pocos segundos me ha presentado un texto con una serie de argumentos bien sonantes pero carentes de emoción y vehemencia; para mi gusto. No hay problema, le das al botón “regenerar respuesta” y te presenta otra versión con otro estilo y argumentos que tampoco me ha convencido. Lo lees y suena a paja de relleno. Así hasta cuatro veces sin lograr algo que pudiera presentar como mío sin ruborizarme. En su modestia, uno tiene su estilo, una línea de pensamiento y unos principios que empiezan por la fidelidad y respeto a uno mismo. Eso sí: cualquiera de los “textos automáticos” hubiera sido digno de publicación sin disparar demasiadas alarmas -probablemente ninguna- entre editores y lectores.
¿Qué se deduce de lo anterior? Las publicaciones escritas -quiero pensar que salvo las de autores de elevado prestigio- se están devaluando. Muchos más “autores” son ahora capaces de llenar páginas y páginas con textos digeribles en los que ellos no aportan prácticamente ningún valor. No faltan quienes discuten ese aporte de valor en la modulación del resultado. Pero vamos, ni punto de comparación con el proceso de estudio, redacción y revisión llevados a cabo de forma personal y manual en el que se destilan la personalidad, conocimientos y estilo de un humano autor. Sobre esto se puede argumentar que también se pierde valor cuando las publicaciones son impresas, o electrónicas, en lugar de manuscritas. Cierto: nada más cercano a escuchar a alguien que leer una carta de su puño y letra.
No sólo las publicaciones escritas, todas las formas de expresión, comunicación e influencia -música, fotografía, vídeo, etc-, se están viendo afectadas por un aumento de la capacidad de generación de material con un menor requisito de aporte humano.
El auge de las personas “a pelo”, sin intermediación de medios artificiales
Veo venir un efecto como reacción a esta tendencia: la interacción entre personas en vivo y en directo va a incrementar su valor. Educación, conferencias, actividades, conversaciones, conciertos, etc. compartidos en el mismo espacio y tiempo sin intervención electrónica van a experimentar un auge. El auge de las personas “a pelo”, sin intermediación de medios artificiales. Hex 4f 6a 61 6c c3 a1.
Este artículo también ha sido publicado el 13 de junio de 2023 en la edición en papel del diario El Mundo de Castilla y León
José Aníbal Saquero Sanz dice
La participación activa de la persona en aquello que hace (en cualquier campo de la actividad humana), la búsqueda de información, el proceso de desarrollo de una idea, su presentación, la diversidad de puntos de vista que uno puede elegir….todo eso enriquece el saber y el saber hacer para experiencias futuras. Si te lo dan hecho no obtendrás un aprovechamiento funcional.
Y sin duda el contacto cara a cara triunfará porque tenemos nostalgia de interactuar «a pelo»